Ayer comentábamos que una de las cosas que habitualmente no realizan las pymes, es medir su actuación en los procesos logísticos, para desde esa medición poder comenzar a mejorar. La información de control debe facilitar el conocimiento de la realidad de la empresa en el mínimo tiempo posible. Para ello debe de resumirse la situación real de la empresa de forma muy reducida, procurando utilizar información lo más gráfica posible.
Esta información necesaria para facilitar el control y la gestión logística es de dos clases:
- De seguimiento: información diaria o semanal para controlar la actividad. Normalmente tiene dos objetivos:
- Información de la evolución de la actividad por comparación con el presupuesto mensual.
- Detectar anomalías en el funcionamiento, por análisis de la evolución diaria de los diferentes parámetro.
- De evolución: información anual o mensual para analizar la evolución de la situación, fijar unos objetivos y comprobar la consecución de los mismos.
Los parámetros o datos a obtener deben ofrecer toda la información necesaria para gestionar adecuadamente la actividad logística, ofreciendo los datos mas significativos de la evolución de cada una de las funciones que lo engloban:
- Aprovisionamiento
- Stocks
- Almacenaje y manipulación
- Transporte de distribución
A su vez cada una de estas funciones será analizada en aquellos aspectos que interese, tales como:
- Volumen
- Calidad
- Rendimiento o productividad
- Coste
En algunas ocasiones, para posibilitar el control de los aspectos mencionados, es necesario definir unos ratios o cocientes, que midan la evolución del aspecto a controlar . La definición de estos ratios debe cumplir dos requisitos fundamentales:
- Facilidad de cálculo: Los datos a utilizar para el cálculo del ratio deben ser de fácil obtención.
- Consistencia : en ocasiones el ratio por si solo no da mucha información de la realidad, sin embargo, su evolución si que debe reflejar fielmente la mejora obtenida en el aspecto de la realidad que se quiere controlar.