El reciente apagón que ha dejado de media a España sin suministro eléctrico durante más de seis horas —y en algunos lugares, casi un día entero— ha sido una auténtica prueba de estrés para nuestra sociedad. Pero desde este blog dedicado a la logística pensamos que también ha sido una llamada de atención sobre un aspecto de la logística que rara vez ocupa titulares: la logística de emergencias .
Cinco minutos antes de las 12h:30 del pasado lunes, seguro que casi todos dabamos por sentado que la energía, los alimentos, el agua potable y las comunicaciones esatarían disponibles para nosotros, sino todos a lo mejor por el aprendizaje de la pandemia la gran mayoria.
Pero lo impensable ha ocurrido, ha fallado todo al mismo tiempo.Semáforos apagados, supermercados cerrados, hospitales funcionando a duras penas con generadores, redes móviles saturadas… En este escenario, la logística de emergencias se convierte en una salvavidas invisible pero esencial .
La logística de emergencias es la disciplina encargada de planificar, gestionar y coordinar el suministro de bienes esenciales y servicios durante situaciones críticas como catástrofes naturales, pandemias, guerras o, como en este caso, un apagón masivo. Involucra desde el abastecimiento urgente de combustible o alimentos, hasta la distribución de equipos de comunicación o la movilización de personal sanitario.
Algunas lecciones desde mi perspectiva del gran apagón que hemos sufrido:
- Redundancia y planificación : Muchas infraestructuras no contaban con planes de contingencia logística adecuados. No basta con tener un generador: hace falta saber cómo acceder al combustible, quién lo transporta, en qué orden se abastecen los puntos críticos, etc.
- Comunicación y coordinación : Durante el apagón, los canales de comunicación colapsaron en muchas zonas. La logística de emergencias requiere protocolos claros para que los distintos actores (administraciones, fuerzas de seguridad, servicios sanitarios, empresas privadas…) trabajen como un único engranaje.
- Tecnología sí, pero con plan B : Dependemos cada vez más de la digitalización, pero este apagón demuestra que sin electricidad, las soluciones digitales no sirven. Necesitamos planos analógicos alternativos, mapas físicos, instrucciones impresas y personal entrenado para actuar sin depender de la nube.
- La última milla crítica : El abastecimiento de zonas aisladas o con mayores necesidades (hospitales, residencias, núcleos rurales) fue clave. En logística de emergencias, la última milla se convierte en la primera prioridad .
Este evento ha demostrado que la resiliencia de un país no solo depende de su capacidad de producir o importar, sino de su habilidad para distribuir y reaccionar ante lo inesperado . Ahora que pensamos incrementar nuestro gasto en defensa al 2%, creo que se debería tener en cuenta que invertir en logística de emergencias es invertir en seguridad nacional.
Además, esta crisis ha dejado claro que el sector logístico no puede quedar fuera de los planos de gestión de riesgos. Empresas, administraciones y ciudadanía deben incluir la logística como un pilar esencial en la prevención y respuesta ante crisis.
El gran apagón nos debe haber recirdadoa todos que vivimos en un sistema frágil, donde la logística es el hilo invisible que lo mantiene todo unido. Ahora que ha vuelto la luz, es el momento de aprender y prepararnos. Porque la próxima emergencia puede no dar tiempo a improvisar.





Deja un comentario